
Si con algo se relacionó al hincha de Racing historicamente fue con su fidelidad, y la misma conlleva con un juramento al club de los amores con cábalas, ayunos y promesas.
Este fue el caso de Ricardo Gomez, socio e hincha fanático, que finalizó su jornada dominguera internado en la guardia del Hospital Evita de Lanús. Al parecer, según el relato de testigos, Ricardo vivía con mucha adrenalina el final del encuentro con Lanús: "Estaba puteando a todos, se lo veía desaforado" comentaró un hincha, y siguió: "estabamos en tiempo de descuento, la pelota le quedó a Moralez, y el flacó gritó: Si la mete de ahi me corto las bolas... ¡y bueh, se las cortó nomás!.
El hecho pasó casi inadvertido, la gente deliraba por el gol del triunfo, pero Ricardo con total serenidad subió al alambrado, se bajó los pantalones y se rebanó los genitales con el alambre de púas.
"Cuando la pelotá entró todos lo miramos a él, se puso pálido y transpiraba, más de uno lo alentó a que cumpliera con la promesa, es más, me incluyo, yo le dí fuerzas" comentó otro hincha de identidad reservada, "no sea cosa que no cumpla y cortemos la racha ganadora".
Ricardo empuñó con su mano derecha sus testículos y arrojándolos al cesped al grito de "y pongan huevos" cayó desvanecido al piso desde 4 metros de altura. Evoluciona favorablemente.